Sábado, 7 de Mayo
Después de un cambio de última hora por la incertidumbre de la meteo, quedo con Claudia y Josep a las 9.30h para emprender la actividad propuesta para el fin de semana, el corredor Faustine-Mont Valier en el Ariège francés; es la alternativa a la cresta del Peiraforca que era en un principio el plan previsto.
La idea es llegar hoy a final de la tarde al refugio y hacer la ascensión mañana, por lo que de camino aprovecharemos para hacer alguna actividad complementaria.
Primero paramos cerca de Berga para hacer la cresta del Mercadal Inferior, una cresta sencilla pero con buen ambiente, de 150 mts y con un par de pasos verticales y roca en general bastante descompuesta; resolvemos en un par de horas con el consentimiento del nublado cielo, que se está aguantando por los pelos.
Después, ya en suelo francés, pasamos un rato en un sector de iniciación de escalada en gneis situado en la localidad de Ax-Les-Thermes, haciendo algunas vías fáciles y probando una “escurridiza” de 5+-6a que exige una buena técnica de colocación, fuerza y equilibrio que Josep y Claudia consiguen encadenar; un servidor la prueba, por no decir aquello de que no se ha intentado… Así se nos hacen las 18.00h pasadas y no podemos apurar más, que todavía nos quedan 90 kms de sinuosas carreteras. Preparamos ya las mochilas “alpinas” para que sólo sea llegar al punto de inicio de la ruta donde dejemos el coche y empezar a caminar hacia el refugio.
Seguimos circulando por la bonita región del Ariège que muestra todo su esplendor primaveral hasta llegar a Couflens; nos desviamos siguiendo las indicaciones de la “Réserve du Mont Valier” que nos tienen que llevar al punto de partida; desagradable sorpresa la nuestra cuando el asfalto se convierte en pista y aparece una barrera de prohibición a la circulación, contratiempo que nos va a suponer andar un buen trecho más; son las 21.00h y nos va a trastocar el horario de llegada al refugio y la hora de levantarse mañana, pero nos lo tomamos con filosofía y iniciamos la marcha a la luz de nuestros frontales. Noche ventosa, preludio de lo que nos espera mañana.
Llegamos a la Cabana d’Aulà, situada en el margen del torrent d’Artiga, a las 00.00h pasadas; hay un numeroso grupo de gente que parece que han ido a pasar el fin de semana sin pretensiones montañeras, pero por suerte todavía queda sitio para nosotros. Cena rápida y al saco que quedan pocas horas de descanso.
Domingo, 8 de Mayo
Nos levantamos a las 5.00h y entre desayuno y preparativos salimos del refugio a las 6.00h; el viento no ha parado en toda la noche y con el alba tampoco amaina. Camino bastante perdedor al principio a través del bosc d’Aulan hasta alcanzar las fuertes pendientes de hierbas y arbustos que nos situaran en el inicio del cono de deyección del corredor; calzamos crampones, nos encordamos y enfilamos hasta su entrada.
La primera parte del corredor la hacemos en progresión simultanea y tenemos suerte de poder sortear las diversas rimayas por los puentes de nieve.
Se presenta un tramo de mayor dificultad, que obliga a detener la marcha. Nos aseguramos Claudia y yo protegidos tras un gran bloque mientras Josep acomete el largo.
El esfuerzo hasta aquí ha sido considerable y las condiciones no mejoran, ahora incluso el cielo se está tapando y todo apunta a que a los azotes del viento se van a unir la lluvia y la nieve. Josep grita reunión y nos pregunta si queremos seguir. Decimos los dos que sí al unísono.
Salimos nosotros; el corredor se encuentra bien innivado con los resaltes de roca cubiertos y rimayas que hay que ir sorteando con cuidado; no ha habido rehielo nocturno y seguimos las huellas que va abriendo Josep hasta llegar a la reunión. Aquí ya llueve, así que no hay tiempo que perder; sale de nuevo Josep y nosotros cuando se acaba la cuerda.
Ahora progresamos al ensamble y cada vez los pasos se hacen más costosos, el viento nos desequilibra constantemente y el avance es lento. Así vamos superando metros que se hacen interminables hasta salir del corredor y alcanzar el Coll de Faustine (2650mts).
Nos abrigamos lo más rápido que podemos para salir de allí cuanto antes, remontando en dirección al Petit Valier que dejamos a la izquierda para ir carenando hasta encontrar el Coll de Peira Blanca; la incertidumbre y la inquietud no se disipan hasta situarnos en la amplia canal y poder ir descendiendo metros, a la vez que el viento aquí por fin nos da algo tregua. Bajamos a buen ritmo y sin complicaciones hasta retomar el sendero que nos conduce de vuelta al refugio, al que llegamos a las 14.00h.
Comemos algo para recuperar fuerzas, rehacemos mochilas y emprendemos camino de regreso al coche. Todavía nos quedan casi 3 horas y 300 mts de desnivel más a través del Coll de la Crabèra, y sigue lloviendo; pensamos que es lo de menos después de lo vivido, y la satisfacción de haberlo conseguido da un plus de fuerzas importante; es como un regreso victorioso para ir saboreando.
Así dejaremos la Vall de l’Artiga, con el dominio del Mont Valier a nuestra espalda tapado por la niebla y el estruendo y la visión de un alud en la lejanía que parece que quieren darnos la despedida de este imponente lugar.
Ha sido una actividad física y mentalmente dura que me ha superado en algunos momentos, pero que lograrla ha supuesto recuperar mucha confianza en mí mismo y en mis capacidades. Claudia ha mostrado gran resistencia y entereza en todo momento y ha sido una compañera de cordada perfecta; no había coincidido con ella anteriormente y me alegro de que hayamos compartido esta aventura. Josep ha transmitido esa seguridad tan importante en situaciones adversas como éstas y que tanto ayuda para seguir adelante.
Llegamos al coche a las 17.30h pasadas, nos cambiamos la ropa empapada y de vuelta a casa. Hoy tocará acostarse tarde pero haber acabado una actividad así compensa cualquier sacrificio.
Hasta la próxima…